Pavimentos exteriores con granito

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Aplicaciones del producto

Desde un punto de vista funcional, los sistemas de pavimentación exterior, obedecen a dos modalidades claramente diferenciables: las calzadas para el tráfico de vehículos, y las aceras peatonales.

En ambos casos, se requiere de un esmerado cálculo de cada uno de los elementos que lo constituyen. Para ello, es necesario conocer previamente las características de las cargas de tráfico que se van a soportar, tanto en su cuantía como en intensidad durante la vida útil de pavimento.

Además de las cargas de tráfico, es importante tener en cuenta la facilidad de saturación de agua por su posición casi horizontal – lo que afecta negativamente a su comportamiento frente al hielo – el depósito de partículas contaminantes sobre la superficie del pavimento procedentes sobre todo del tráfico rodado o el vertido de productos indeseables.

Las roturas de los pavimentos con baldosas se deben, en la mayor parte de los casos, a errores en el diseño del mismo, al no cuantificar correctamente el tráfico previsto, y casi nunca a la piedra utilizada.

En los espacios para tráfico peatonal, se limita su uso a la circulación de personas o vehículos ligeros, movidos manualmente o a motor, como carretillas, bicicletas, carros de compra, etc. Vehículos de mayor peso como carretillos de limpieza, pueden circular por este tipo de pavimentos con carácter esporádico.

Para la utilización de baldosas en calzadas, se recomienda que las dimensiones en planta sean no mayores de 50 cm y, simultáneamente, la relación de esbeltez sea menor de 2. Así, se debe limitar el uso de baldosas en calzadas de alto transito de vehículos pesados, como calle principales de ciudades donde circulen con mucha frecuencia camiones o autobuses. En estos casos, será el adoquín el que responda mejor a este tipo de tránsito.

Los adoquines suelen emplearse para pavimentar las calles de las ciudades, las estaciones de carga y de servicio, zonas de estacionamiento, plazas e incluso en aceras con tráfico peatonal.

Su utilización presenta múltiples ventajas como: rapidez en la colocación, posibilidad de ejecución parcial en elementos singulares (canalizaciones a través del pavimento, encuentros singulares, zonas con vegetación intercalada, etc.), rapidez de puesta en funcionamiento (ya que cuando se apoyan sobre una cama de arena, y se rejuntan con la misma, pueden abrirse al tráfico nada más haberse ejecutado) flexibilidad (por su reducido tamaño y por su naturaleza discontinua), resistencia y reutilización.

 

 

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